Estos dos bellezones fueron víctimas ya desde pequeños de la maldad del humano. Su mamá, gata no castrada con dueña, parió y pensaban en llevarlos en un saco al medio del monte…
Gracias a una vecina que lo evitó, pero sólo se pudieron rescatar a estos dos pequeños, que acabaron en una acogida.Ya desde pequeños tenían mucho miedo, y aun siguen siendo desconfiados, por eso necesitan un hogar definitivo donde les hagan perder ese miedo! con mucho amor y paciencia, y ojalá poder irse juntos, ya que estos enanos son uña y carne!