
Bruno procede de una colonia de Gondomar Centro en proceso de esterilización que llegó lleno de piojos y muy delgado. Es un gato viejiño y leucémico, así que se ha quedado con nosotros en el refugio donde podemos tenerlo controlado.
Es bastante solitario y, todo hay que decirlo, nada amigo de la compañía humana pero ¿a quién le importa? Él disfruta de un merecido retiro, tranquilo y disfrutando de una cama calentita y unas buenas siestas al sol 🙂