Dales una oportunidad, acoge.
Si te gustan los gatos pero no puedes adoptar uno, puedes ser casa de acogida.
El espacio de nuestro refugio es escaso, por eso las casas de acogida son imprescindibles para nosotros. Algunos de nuestros gatos se encuentran en casas, bien de nuestros voluntarios, bien de personas que de forma altruista se han ofrecido a tenerlos temporalmente hasta que encuentren un hogar.
Las casas de acogida son imprescindibles para sacar adelante a los cachorros de menos de 1 mes. Estos bebés necesitan tomar biberón cada dos o tres horas. Por supuesto eso sería imposible realizarlo en el refugio.
También son importantísimas para cuidar y educar a los cachorros de más de un mes, porque aunque ya toman comida seca tienen un sistema inmunitario inmaduro y son más propensos a contagiarse y enfermar que un adulto. Además los gatitos precisan jugar y ser educados, y como tenemos tantos gatos nos resulta imposible dedicarles el tiempo que precisan y se merecen.
Una casa de acogida puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para muchos gatos adultos. Algunos gatos no se adaptan a vivir en el refugio rodeados de otros gatos, o no superan el abandono y se dejan morir de tristeza. En esos casos una casa de acogida es para ellos la única posibilidad de salir adelante hasta que aparezca un hogar definitivo.
Los gatos enfermos o convalecientes también precisan de cuidados extras, y por tanto el refugio no es para ellos el mejor lugar para recuperarse. Las probabilidades de salir adelante aumentan enormemente cuando pueden recibir cuidados extras en una casa de acogida.
Además, por falta de espacio en el refugio, también precisamos de casas de acogida para gatos adultos que no necesitan cuidados especiales, y por tanto son los acogidos ideales para personas que no disponen de mucho tiempo.
También necesitamos acogidas bastante temporales, por ejemplo para los gatos ya adoptados y que deban pasar la cuarentena (sobre dos semanas) antes de irse a su hogar definitivo.
Piensa en todas las ventajas. La acogida es la mejor opción para disfrutar de un gato cuando no te puedas responsabilizar indefinidamente de él. Podrás disfrutar de una camada de gatitos sin traer más pequeños al mundo, y evitar la superpoblación que lleva al abandono y al sufrimiento. Podrás ayudar a la protectora sin salir de casa. Y si trabajas en casa o tienes más tiempo, ayudar en el cuidado de los convalecientes o enfermos. Podrás darles una oportunidad a todos aquellos que tras el abandono se dejan morir de tristeza, que son más de los que mucha gente cree.
Para tener un gato en acogida no es necesario tener mucho espacio, ni disponer de mucho tiempo. Tan sólo deberás abrirle las puertas de tu hogar y cuidarle durante un tiempo. Tú decides que tipo de acogida puedes hacer. Las acogidas son diferentes dependiendo de la edad, salud y carácter del gato. Por supuesto, hacerse casa de acogida debe ser una decisión meditada, pero siempre tendrás la libertad de decidir hasta cuando puedes seguir siéndolo. Tú lo acogerás y cuidarás durante un tiempo, pero la custodia del gato seguirá siendo de la protectora. En el caso de adopción, la casa de acogida siempre tendrá preferencia a la hora de adoptar al gato acogido. Aunque meditada, la acogida es un compromiso temporal. No lo pienses más y ponte en contacto con nosotros, te aclararemos todas las dudas que puedas tener.