
Podo es uno de nuestros leucémicos y llegó de una colonia de Gondomar Centro para esterilizar, pero lo hizo con una pododermatitis que tuvimos que tratar. Para los animales con este tipo de problemas, el devolverlos a la calle pude ser un auténtica pesadilla, así que se quedó con nosotros.
Podo acostumbra a vigilarnos siempre desde esa cuevita y con esa mirada de «te aconsejo que no te acerques» Los hay que escapan de ti y se esconden, los que salen corriendo y se acomodan en otro sitio y luego los hay como Podo, que desde luego tiene claro que de su trono no se mueve y que si es necesario, te suelta un bufido para recordarte dónde están los límites 🙂
Apadrinado por Miguel Ángel Alonso 🙂